Como una herramienta para profesionalizar a estudiantes y fortalecer las capacidades locales ante enfermedades emergentes, investigadores del Centro de Investigación en Biotecnología Aplicada (CIBA) Tlaxcala desarrollaron un protocolo para el análisis de actividad antiviral con la técnica de PCR en tiempo real, con el cual es posible validar la repetibilidad y reproducibilidad en el diagnóstico de COVID-19.
La doctora Angélica del Carmen Ruiz Font encabeza el proyecto, cuyo objetivo es cumplir con rigor los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la detección del SARS-CoV-2 en muestras procesadas en equipos de Reacción de Cadena de la Polimerasa en Tiempo Real (RT-PCR por sus siglas en inglés).
HERRAMIENTAS MOLECULARES
La doctora Angélica del Carmen Ruiz Font, quien actualmente realiza un posdoctorado en el Instituto de Bioingeniería de la Universidad de Edimburgo, subrayó la trascendencia que tienen las herramientas moleculares para la detección de ciertos padecimientos; sin embargo, sostuvo que se debe innovar para que las técnicas de diagnóstico sean más económicas y seguras.
En ese sentido, explicó que junto con el doctor Leonardo Ríos Solís y un equipo transdisciplinario realiza estudios en biología sintética enfocados a generar pruebas más baratas mediante software y tecnología robotizada (Biotonics) que se crea en la universidad europea.
COLECCIÓN CON POTENCIAL
Angélica del Carmen Ruiz Font, quien cuenta con dos patentes asociadas al desarrollo de promotores del crecimiento vegetal y herbicidas (sustitutos al glifosato), es responsable de la Colección Nacional de Actinomicetos, la cual se resguarda en el CIBA Tlaxcala y se le ha dado un uso eficiente para el desarrollo de antibióticos, antidiabéticos, antiparasitarios y antivirales, entre otros. Comentó que la colección consta de 450 microorganismos recolectados en Parques Nacionales y Áreas Naturales Protegidas desde Sonora hasta Yucatán. Añadió que estudian su actividad antimicrobiana para hongos y bacterias de origen hospitalario como Salmonella, Candida, Staphylococcus y otros. El conocimiento que se genera en este centro del Politécnico, a través de dicha colección y de la precisión de los equipos de medición en el laboratorio, abre opciones para encontrar nuevos compuestos con potencial farmacológico.
Por Felisa Guzmán
Fuente: Gaceta Politécnica